Comunicado de prensa: Entrega digna de cuerpos en Nariño: acompañamos a las familias en su derecho a la verdad y la memoria
14 de abril del 2025
Durante los días 7 y 8 de abril de 2025 en la ciudad de Pasto, en el departamento de Nariño, se llevaron a cabo nuevas jornadas de entrega digna de dos cuerpos de personas que fueron dadas por desaparecidas y posteriormente halladas sin vida. Estos actos humanitarios fueron liderados por la Fiscalía General de la Nación, a través del Grupo de Búsqueda, Identificación y Entrega de Personas Desaparecidas (GRUBE) y la Dirección Especializada Contra las Violaciones a los Derechos Humanos, con el apoyo del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), la Gobernación de Nariño, la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas (UARIV), entre otras que han contribuido desde el enfoque psicosocial, forense y jurídico.
Como organización acompañante hicimos parte de estos procesos que no solo implican una diligencia judicial, sino también un momento profundamente humano y reparador para las familias que, durante años, han vivido en la incertidumbre, el dolor y la espera. A través de los actos simbólicos, los espacios de contención emocional, la orientación jurídica y la entrega formal de los cuerpos, se tejió colectivamente un homenaje a la vida, a la memoria y a la resistencia de quienes siguen buscando a sus seres queridos.
Las entregas dignas son un paso fundamental en la construcción de paz, pues representan el reconocimiento de la dignidad de quienes fueron desaparecidos y la reparación aunque siempre parcial de una deuda histórica con sus familias. Estos procesos también confrontan a la sociedad colombiana con una verdad que sigue siendo dolorosa: la desaparición forzada continúa siendo una de las heridas más profundas del conflicto armado, y su impacto atraviesa generaciones enteras.
Acompañar estas entregas es también una forma de decir que no estamos dispuestas ni dispuestos a naturalizar la desaparición. Que cada cuerpo que regresa es un motivo para seguir exigiendo verdad, justicia y garantías de no repetición. Que cada abrazo que se da en medio del duelo reafirma que la memoria no puede ser silenciada.
Nos sumamos a las voces de las familias que han sostenido con valentía la búsqueda. Seguiremos estando presentes en las entregas, en los rituales, en las denuncias, en la exigencia de respuestas, porque creemos en la fuerza de la memoria como una herramienta de transformación y dignidad.